EL REGIMEN FORAJIDO DE CHAVEZ
El gobierno totalitario del autócrata usurpador Hugo Chávez Frías, debemos decirlo sin ambages, se trata de un régimen comunista, que insurge en la realidad latino-americana con el apoyo del dictador Fidel Castro, con la firme intención de impulsar una ruptura del orden internacional formulado a partir del fin de la Guerra Fría, orden cuyo desarrollo se sustenta en la economía de mercado y el libre comercio, la democracia representativa y la libertad individual. Pretende subvertir el orden económico, social y político de Latinoamérica, y sustraer a las naciones latinoamericanas del camino de la democracia y la libertad, con la aviesa intención de subyugar a sus pueblos para así sustituir sus regímenes democráticos por regímenes comunistas. Sin lugar a dudas, los acontecimientos acaecidos en los últimos años bajo la égida del régimen chavista, definen este gobierno como un GOBIERNO COMUNISTA Y FORAJIDO, pero realmente matizado en base a los dictados de Fidel Castro, con manifestaciones y ejecutorias con apariencia de democracia, para engañar no tanto al pueblo venezolano, sino más bien para evitar la sanción de la opinión pública internacional. Como si se tratara de un picaresco ladronzuelo que no desea ser puesto al descubierto en su intento. Su dinámica de rápida penetración y de desmantelamiento de la institucionalidad de nuestro País, se debe en parte a la disolución de los partidos políticos tradicionales, al fracaso de los viejos liderazgos, y al necesario tiempo que toma la reconstrucción de la vida política del País. Sus correrías políticas orientadas a la subversión del orden democrático latinoamericano, con un discurso populista que atrae a las masas latinoamericanas, se debe también a la pérdida de la credibilidad de nuestros pueblos en sus instituciones democráticas, proceso de socavamiento acelerado por las malas gestiones de los actuales gobiernos; los cuales manipulan estas instituciones alejándose de la realidad carente de sus pueblos, cargados de necesidades tantas veces postergadas.
Estamos definitivamente ante un régimen totalitario, comunista y forajido, al estilo de Corea del Norte, Irán y Cuba, aliado tácito o explícito de todas las fuerzas antidemocráticas, algunas de ellas terroristas, orientadas a destruir el orden mundial y latinoamericano. No se trata de disuadir a Chávez para que se detenga en su camino hacia el comunismo, sino más bien dirigir un reclamo y un alerta a muchos de los que le siguen, en especial en la FAN, el partido y la burocracia “revolucionarias”, antes de que sea tarde. El caudillo continuará su rumbo, pero sus seguidores, no pocos de ellos oportunistas y corruptos, están a tiempo de rectificar. A ellos hacemos este llamado por la paz, la seguridad y la felicidad de nuestro pueblo.
El proyecto de izquierda radical encabezado por Chávez, es cabeza de playa de la izquierda radical mundial. En este resurgimiento del comunismo en Latinoamérica, viene a representar eje y columna vertebral del proceso. Le proporciona su sentido de dirección y funciona como mecanismo de movilización, indudablemente impulsado y acelerado por los petrodólares con que cuenta. Los que subestiman el poder de las ideas en la ecuación venezolana cometen un error, y contribuyen a mantener a la disidencia en el limbo que ocupa.
El proyecto “bolivariano” debe ser combatido y enfrentado multidimensionalmente de manera decidida por todas las fuerzas y frente democráticos, sin los equívocos de los izquierdistas y sus aliados que gobiernan en Brasil, Argentina, Uruguay y Bolivia. Estos últimos pretenden aprovecharse de Chávez y el petróleo venezolano, al tiempo que le agitan como un trapo rojo para asustar a Washington. No captan la amenaza ni les inquieta el aplastamiento de la libertad en Venezuela. El cinismo e hipocresía de Lula, Kirschner, Tabare Vásquez y Evo Morales, a lo cual debemos añadir la conducta distante y omisiva de Washington, no tiene límites y les costará caro.
Washington y la disidencia deben convencerse de que el régimen “bolivariano” no saldrá del poder por vía electoral, o que lo cederá pacíficamente. Por desgracia, y en buena medida a raíz del error estratégico electoralista (que concibe al régimen como una democracia populista tradicional), las fuerzas de la libertad han caído en las trampas de la revolución comunista, nuevamente, para repetir los errores de las naciones del este europeo. Lo más decepcionante es que los partidos y grupos que integran la disidencia, y el propio Washington, continúan empeñados en jugar con dados cargados.
A Washington y la disidencia venezolana no les queda otra alternativa que aceptar el desafío existencial de la “revolución comunista cubano-venezolana”, lo cual exige un crucial cambio de percepciones, una mejor y decidida preparación psicológica y política para los enfrentamientos que se avecinan ante el enemigo identificado, lo cual a su vez reclama necesariamente acciones efectivas y eficientes dentro de un análisis multidimensional del problema.
Esta revolución comunista avanza engañando nuevamente por los caminos de Latinoamérica, con su propuesta populista delirante pero que al mismo tiempo tiende a ser subestimada, quedando claro sin embargo, que el tiempo favorece la consolidación de un proceso de asfixia de la democracia en Venezuela, de insurrección crecientemente
generalizada en América Latina, y de desestabilización de intereses vitales para la libertad en un plano global.
La ironía de la fantasía “bolivariana” es que la ausencia de obstáculos la convierte paulatinamente en realidad. A medida que avanza sin pagar costo alguno, excepto la retórica del Departamento de Estado Norteamericano, Chávez refuerza la convicción de que su delirio se hará una verdad tangible. Pero todos tendremos un rudo despertar de este sueño hecho pesadilla. Todos sin excepción, incluido Washington.
“…Formémonos una patria a toda costa y todo lo demás será tolerable…” Simón Bolívar.
Publicado por:JESUS BARRIOS CLAVIER @ 11:15 AM
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